Cultura a la luz de las pantallas.

Conferencia ofrecida en el marco del Día internacional de la Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información 2022.

INTRODUCCIÓN

El motivo de que existan “días internacionales” de cualquier índole, no es solo para para adquirir souvenirs conmemorativos y divertirnos con el Doodle de google, es un intento a conciencia de algunos grupo de interés por poner bajo el reflector aquellas tareas por hacer y retos a enfrentar ; en el caso del Día internacional de la Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (o en su versión más corta “Día del Internet”) organismos internacionales, nacionales, privados, civiles y ciudadanos en general buscan iniciar una conversación necesaria para decidir cuáles son las mejores prácticas en el uso de toda esta infraestructura.

En palabras del propio Secretario General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones Houlin Zhao “La humanidad y la tecnología están en un punto de inflexión. Durante la pandemia, el mundo ha visto lo que pueden hacer las tecnologías digitales y cómo pueden transformar nuestro futuro. Las tecnologías digitales emergentes en campos que van desde 5G e Internet de las cosas hasta la IA (inteligencia artificial) y la nube están ampliando los límites de lo que es posible. Al igual que otras tecnologías revolucionarias anteriores, tendrán un profundo impacto en nuestro futuro y el de nuestro planeta. Grandes posibilidades vienen con grandes responsabilidades.”

Debido a que los cambios de paradigmas con relación a lo digital están transformando la forma en que interactuamos, es nuestra responsabilidad como ciudadano monitorear activamente su desarrollo. Incluyendo a quienes, ya sea por oficio o por pasión, trabajamos en torno a las humanidades y las ciencias sociales. Si la cultura es el medio por el que los individuos y grupos trasmiten sus valores y entienden su realidad ¿Estamos logrando preservar y divulgar los saberes y bienes más valiosos de la humanidad o nos estamos dejamos arrastras por objetivos meramente productividad o económicos?  

TODO LOS TIEMPOS SON TIEMPOS MODERNOS.

Aunque seas una persona familiarizada con la tecnología, la velocidad con la que esta avanza nos puede generar un desasosiego o desconfianza. La “modernidad”, a lo largo de la historia, suele percibirse con tintes de amenaza. Pensando suavizar esta sensación vamos a hablar de tres acontecimientos que trastocaron las dinámicas sociales de su época. En el año de 1471 se fundó en Florencia la primera imprenta, como ustedes saben esta extraordinaria invención fue crucial para que el saber escrito reservado para la élite real y religiosa se extendiera a la población. Florencia fue solo una de muchas ciudades que comenzaron a producir libros gracias al recién popularizado invento de Gutenberg, logrando que “la producción de libros durante los primeros cincuenta años fuera mayor que en los mil años precedentes.” La democratización de estos saberes dio lugar a una revolución cultural, donde todo aquello que elevaba el espíritu humano era valorado y los mecenas financiaban (en su mayoría solo por obtener prestigio) las creaciones de aquellos que por su talento y creatividad destacaran del resto. Una época idónea para que un Leonardo DaVinci de tan solo 19 años iniciara su carrera.

Si la imprenta permitió la democratización del conocimiento escrito, el telégrafo eléctrico aceleró la percepción que los individuos tenían del tiempo. Fue el 24 de mayo de 1844 cuando el telégrafo público emitió si primera señal, esta nueva oferta creo una demanda constante de noticias e información, motivo por lo que hoy en día se considera el telégrafo como el internet victoriano “Hasta entonces, los periódicos no habían tenido que ser diarios, se copiaban las noticias entre sí”. Fue en medio de este contexto demandante de nuevas historias y narrativas que el mundo editorial publicó a grandes escritoras Emily Dickinson, Louisa May Alcott, las hermanas Bronte, entre otras, una vez mas las circunstancias extraordinarias de una época dio paso al talento.

Entrado al siglo XX la revolución industrial nos acostumbró a constantes cambios sociales y económicos.

La vorágine no dejó indiferente a los artistas que cambiaron a sus mecenas por el “mercado” y el concepto de exposiciones clásicas por “industrias” listas para comercializar al arte plástico, fotografía, discos, películas, etc. Seguramente, esta realidad te será más familiar. Pero hacía falta una pieza: La computadora personal.

Aquí tenemos una anécdota curiosa, durante el lanzamiento transmitido por televisió de la Computadora “Amiga 1000”, se invitó al icono del arte pop Andy Warhol (a cambio de una jugosa suma de dinero) a probar el equipo y realizar un retrato de la cantante Deby Harry con el fin de destacar la calidad de gráficos con la que contaba el equipo. Era el año de 1985, pero quien hayan tenido la idea de hacer participe a Warhol a este evento entendían que solo un artista tan versátil como él, quién uno años antes había profetizado que en un futuro todos tendríamos nuestros 15 minutos de fama, podría invitarnos a unirnos en la incipiente carrera de la Revolución Digital.

Los tres inventos antes mencionados fueron catalizadores claves para que la cultura cambiara, pero hasta ese entonces eran solo las personas quienes les asignaban valor, utilidad y significado, mientras que ahora pareciera que vamos de la mano (y un poco a ciegas) con nuestra amiga la tecnología que en la última década comienza a tomar decisiones importantes sobre nuestro hábitos, costumbres y creencias.

Por suerte, el pensamiento crítico nos recuerda que tras de cada aplicación, red de comunicación o dispositivo inteligente hay un ser humano o/y empresa, programando con base a sus intereses. Debido a este hecho, cientos de pensadores a lo largo del globo consideran urgente mayor participación de humanistas, artistas, filósofos en la concepción y programación de tecnologías.

En palabras del Mtro. Nuccio Ordine en su libro “La utilidad de lo inútil”…. “Los saberes humanistas, la cultura y la enseñanza constituyen el líquido amniótico ideal en el que las ideas de democracia, libertad, justicia, laicidad, igualdad, derecho a la crítica, tolerancia ,solidaridad, bien común, pueden experimentar un vigoroso desarrollo.”

ME PARECIÓ VER UN LINDO ALGORITMO.

Actualmente existen maravillosas iniciativas, proyectos y obras elaboradas por agentes culturales e investigadores, verdaderos humanistas digitales que entretejen arte y tecnología.

Contamos con plataformas que se dedican a facilitar el acceso al arte y la cultura apoyándose del medio digital para ofrecernos un plus como es el caso de Google Arts & Culture, donde es posible no solo visitar más de 4000 museos asociados sino también disfrutar de las obras en alta resolución para poder apreciar hasta el más mínimo detalle gracias a las imágenes de giga píxel, función que incluso aquellos que visitan el propio museo pueden aprovechar.

Siguiendo con iniciativas para enriquecer las visitas al museo tenemos a  Smartify, una app gratuita te permite escáner cuadros para ampliar la información sobre las piezas más reconocidas a nivel mundial. En este sentido hay un arduo trabajo por hacer registrando colecciones de países como México o latinoamerica.

Por otro lado la experiencias digitales artísticas en público están tomando fuerza ya que contribuyen en la inmersión del visitante al tópico de las exposiciones. El estudio Moment Factory definen este tipo de servicios como “Reimaginación de  los espacios de exhibición tradicionales para crear viajes transformadores, poniendo la tecnología al servicio del aprendizaje experiencial y la narración emocional.”

Más en la línea de la creación, los artistas han encontrado en la tecnología tonto una herramienta como una inspiración para sus discursos. Alguno como en el caso de Filipe Vilas-Boas que es especialmente conocido por sus obras que combinan el mundo físico con el virtual, pero sobre todo que tiene un alto grado de crítica sobre el uso de las redes sociales entre otro temas relacionados.

Otro ejemplo es el artista SKYGGE, que lanzó el álbum Hello World creando todas las melodías haciendo uso de inteligencia artificial. Una tecnología que genera gran debate entre los expertos en el habito de los derechos de autor ¿es la creación de un algoritmo arte? ¿es ese arte propiedad de alguien?

Promover que crezcan y se multipliquen proyecto donde se profundice en los conocimiento es prioritario. Como diría la escritora Mónica Nepote “Si tu tienes una formación en pensamiento analítico o sensible, eso te hace relacionarte con el entorno desde una mirada más rica y empática.” Algo necesario cuando los imperfecto algoritmos tienden a la dicotomía.

CONCLUSIÓN

Parece que gran parte de la población decide cerrar los ojos antes de hacer frente a la complejidad del mundo actual, pero yo les invitaría a identificarse a sí mismo como agentes activos y no como simples espectadores de “contenido”.

Piensen en ustedes mismo como pequeñas bibliotecas de Alejandría, que en su interior contienen un conocimiento único, no permitan que se extinga y se quede solo en ustedes. Tienen a su disposición herramientas para registrar o divulgar conocimiento que pueden hacer la diferencia en la vida de su familia, amigos o comunidad.

Recordemos que compartir nuestros saberes, como un acto de bondad, es quizá la única garantía que tenemos para un mejor futuro.

REFERENCIAS:

1. Mensaje del Secretario General Houlin Zhao (2022) Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) https://www.itu.int/wtisd/en/campaign-resources/statements/

2. NUEVA SOCIEDAD «Hacia un mundo digitalizado» Sebastián Sanjurjo (2021) https://nuso.org/articulo/hacia-un-mundo-digitalizado/

3. WMAGAZIN Entrevista a Mónica Nepote «Lo digital permite desafiar las ideas canónicas de escritura y lectura» Carolina Ethel (2020) https://wmagazin.com/monica-nepote-lo-digital-permite-desafiar-las-ideas-canonicas-de-escritura-y-lectura/

4. Ordine, Nuccio. «La utilidad de lo inútil» Barcelona 2017, Editorial Acantilado.

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